Educación Inclusiva y Competencial: ¿Idealismo o Realidad?


La nueva ley de educación, la Ley orgánica por la que se modifica la ley orgánica de educación (LOMLOE), que entró en vigencia en 2021, se caracteriza frente a las otras leyes anteriores en dos matices: la evaluación por competencias y la educación inclusiva. Por un lado, la educación por competencias considero que es un gran avance porque nos permite enseñar a los niños más allá de los contenidos de un libro. Nos permite enseñarles cosas para la vida, cosas que pueden realmente usar en ella.

No obstante, la idea puede ser muy buena, ¿pero realmente se está llevando esto a cabo?. Esta respuesta debería ser unánime entre todos los centros educativos, sin embargo está no es la realidad. La realidad es que si existen colegios, aunque desde mi punto de vista pocos, que están comenzando a implementar aspectos de la nueva ley como el realizar situaciones de aprendizaje entre varios profesores permitiendo así realizar actividades donde los alumnos aprenden contenidos interrelacionados entre materias. Pero, quitando estas breves excepciones la gran mayoría de colegios e institutos, en especial estos últimos, no están implantando nuevas medidas. Lo único que hacen es cambiar el nombre a lo que hacen, sin realmente modificar su metodología en el aula.

No estoy muy de acuerdo con esto, pero incluso lo comprendo. Este tipo de metodología supone que los profesores enseñen de manera distinta, cosa que nunca han aprendido hacer. Además, les obliga a evaluar de una manera tan original, que a veces resulta imposible para muchos de ellos. Igualmente, los niños acostumbrados al aprendizaje magistral, ven este tipo de clases como un chiste y desperdician la mayoría la oportunidad de aprender al no tomárselo en serio. Pero realmente el mayor problema al que se enfrentan los maestros en relación a la nueva ley, es la incongruencia del propio sistema educativo. Este les pide a los profesores que evalúen por competencias, que potencien el pensamiento crítico, etc. Sin embargo, les pedimos también que sus alumnos al acabar la formación se presenten a un examen, la EBAU, el cuál evalúa según contenidos memorísticos, sin tener en cuenta esas competencias que tanto se supone que valoran.

Por otro lado, está ley hace mucho hincapié en la inclusión en las aulas. Lo plantea desde varios puntos. Uno de ellos que consideran que se debería potenciar que los padres con hijos con discapacidad les lleven a colegios ordinarios, pese a su condición. Yo frente a esta idea tengo dos opiniones algo confrontadas.

Considero que potenciar la inclusión en las aulas es una gran idea. El intentar que todos los alumnos pese a su situación convivan entre sí es maravilloso. Creo que ayudaría a enseñar muchas cosas, a fomentar valores como el respeto y a normalizar la situación de todas estas personas.

Sin embargo, creo que esto es utópico. De verdad, que yo soy la primera a favor de este tipo de propuestas, pero como he dicho no son realistas. Esto no lo digo yo sin fundamento. Yo donde hago prácticas hay un niño con discapacidad intelectual, el cuál debería estar en 1º de la ESO, pero le bajaron un curso para compensar su desnivel, por lo que ahora está en sexto de primaria en un colegio normativo. Hasta ahí todo bien. No obstante, por ejemplo, en matemáticas están dando raíces cuadradas mientras que él sólo es capaz de sumar y restar o en lengua están empezando a analizar textos mientras que él está todavía aprendiendo a leer. El colegio lo que hace es que le proporciona un profesor de apoyo, un PT, varias horas a la semana mientras que el resto de clases las da con sus compañeros. A mí me encantaría decir que esto es una gran solución a su problema y en parte lo es. Pero, esto no vale igual para todos. Porque digo esto, porque el niño ha percibido que los demás saben que no es igual y se ha dado cuenta de que los profesores le mandan cosas mucho más sencillas, esto provoca en el niño un malestar que se evidencia con una conducta violenta, habitualmente hacia sus profesores. Podría ser que el niño fuese así por naturaleza, no obstante cuando va a nuestras actividades, donde el resto son como él y hacen las mismas actividades, no muestra rechazo hacia ellas.
Con esto ejemplo, quiero evidenciar, que posiblemente estas nuevas medidas que se están empezando a implementar en los colegios son buenas pero no siempre son realistas o productivas.

Otro ejemplo, serían muchos de los perfiles con los que yo me encuentro en la fundación en la que soy voluntaria. Todos padecen algún tipo de discapacidad motora, en la mayoría de los casos parálisis cerebral, unido a una discapacidad intelectual. Muchos de ellos, tienen ya más de veinti muchos años y todavía en clase siguen haciendo operaciones simples. Esto es un atraso, considero que no. Como decía Vygotsky todos tenemos una zona de desarrollo máximo, y por desgracia la de ellos es más pequeña, pero esto no debería ser un problema. Ellos realmente, no desean aprender a hacer ecuaciones de tercer grado, sólo quieren ir aprendiendo cosas nuevas. No les importa si esas cosas a lo mejor se aprenden en cursos mucho más inferiores. Ellos quieren sentirse realizados. Ellos desean ser valorados y no tratados como a "tontos" por sus profesores y compañeros.

Otro ejemplo, uno de los chicos de esta última fundación tiene un TEA muy grave y su única manera de expresarse es haciendo sonidos con la boca, los cuáles los hace siempre, sin descanso. ¿Cómo vas a meter a este chico en una clase con 20 compañeros más? Este chico necesita una educación totalmente individualizada.

En conclusión, la idea de la ley es buena, pero realmente luego en la práctica no es posible. Por lo tanto, estoy de acuerdo en que se fomente la educación mixta la máximo posible siempre que sea posible y que se doten de más recursos a los colegios para lograrlo. Sin embargo, no se pueden eliminar los colegios de educación especial porque hay personas que dependen de ellos.

Para finalizar, solo decir que la nueva ley puede tener muy buena base e ideas pero que la gran mayoría en la práctica no se pueden llevar a cabo por múltiples motivos. Por ello, a lo mejor se deberían pensar además de ideas, maneras para poderlas implementar y facilitar ayuda a los maestros los cuales se han comido el marrón de conseguir que estas ideas funcionen. Por que mientras escribía esto pensaba en qué los profesores hacían mal al no saber implementar estas medidas que la nueva ley propone, pero a lo mejor es la institución que las ha redactado la que debe ayudar a su realización. Porque al fin y al cabo es muy sencillo escribir ideas, pero quienes se han llevado el trabajo duro son los profesores.






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