El mito de la educación inclusiva - Mirada desde las opiniones de Iván Illich
En la entrada de hoy quiero seguir un poco desmontando el mito que tenemos a día de hoy pensando que la educación es realmente inclusiva.
Al igual que Illich establece que el sistema educativo solo simula la igualdad entre ricos y pobres mientras que realmente mantiene o incluso refuerza las barreras estructurales, lo mismo ocurre con la discapacidad actualmente. Un colegio siempre dirá que es inclusivo y que está abierto a todo tipo de estudiantes. Por ejemplo, dirá que tiene rampa para la entrada de personas con movilidad reducida, pero da la casualidad de que está se encuentra en la otra punta del colegio de la puerta por donde salen todos sus compañeros. O cuando en ciertos colegios invitan a personas con algún trastorno a faltar el día que realizan exámenes externos al centro para que no bajen las medias del colegio. ¿A esto es lo que llamamos inclusión? Realmente los programas educativos actuales no favorecen la inclusión de los alumnos sino que lo único que hacen es encasillarlos en roles muy definidos. Es verdad, ahora ya aceptamos que los niños pueden tener problemas y que debemos ayudarles pero se necesita ir más allá. Se necesitan profesores bien formados que sepan como actuar con estos perfiles de alumnos y cómo hacerlos sin que ellos se sientan diferentes.
Además, muchas veces la educación no es que no garantice la igualdad sino que genera más desigualdad. Porque las nuevas leyes que hablan tanto de inclusión lo que promueven es que todos los niños sean iguales y aprendan de la misma manera. Esto produce que no se ofrezcan recursos adecuados al intentar imponer métodos de enseñanza uniformes a todos los alumnos.
Igualmente, como decía Illich la escuela no es el único garante de enseñanza. Todos y cada uno de nosotros aprendemos numerosas cosas fuera de ella, incluso más necesarias y provechosas que las que aprendemos en la escuela. Pues lo mismo pasa con personas con discapacidad. Del mismo modo, casi todo lo que aprenden no es proveniente de un profesor sino de otras personas de su ambiente. Por lo tanto, se debería fomentar más las actividades extracurriculares para este tipo de perfiles. También sería conveniente evitar que la educación de estas personas esté siempre bajo el control de profesionales acreditados, que en numerosas ocasiones no saben tanto como supuestamente sería lo indicado, mientras que sabe más alguien que ha tratado con alguien cercano parecido.
Una de las propuestas que yo propondría para solucionar está falta de inclusión, sería retomar las propuestas de Illich del "pasaporte educativo" y las "tramas de aprendizaje". El "pasaporte educativo" porque creo que sería un gran avance para familias, en primer lugar con pocos recursos incapaces de llevar a sus hijos a centros más especializados o a actividades más extra curriculares, y para todo el resto de tipos de familias porque permitiría a las personas con discapacidad acceder a recursos y metodologías que realmente se ajustarán a sus necesidades y preferencias, que reforzarán sus fortalezas y trabajarán sus debilidades.
Considero que sería bueno introducir en la sociedad las "tramas de aprendizaje" porque posiblemente para muchas personas con discapacidad sería más beneficioso y productivo el aprendizaje informal en redes comunitarias basadas en aprendizajes con base en experiencias o tecnologías accesibles que un aprendizaje tradicional obsoleto a las demandas de la sociedad moderna.
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